Al nuevo año siempre están asociados los propósitos: todo aquello que tenemos pendiente y que nos gustaría hacer llegado el nuevo año como estudiar un idioma o ir al gimnasio. Y es aquí donde quería llegar.
Si teneis como propósito de año nuevo el ir al gimnasio, ojito. ¿Por qué? Por lo siguiente: hace años dejé de ir a un gimnasio en el que, cuando eran Navidades o el cumpleaños de alguno de los monitores, había dulces. Si partimos de la base de que un gimnasio es un lugar en el que se va a mantener el tipo o a perder los kilos que nos sobran, ¿cómo es posible que tengan dulces? Es como si se llevase heroína al proyecto hombre o vodka a alcohólicos anónimos. En fin, sin comentarios.
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